La tecnología ha producido un notable cambio en la toma de decisión de los consumidores, quienes son cada vez más exigentes por una parte y menos fieles por la otra, en su búsqueda de adquirir lo que necesitan, cuando, como y donde quieren, además de evaluar con lupa no solo el precio, sino la calidad, la comodidad y la experiencia. De allí la necesidad de las marcas, a adaptarse a una realidad cada vez más compleja, donde lo que antes era una estrategia ganadora, puede que ahora deba modificarse.
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