México dejó desde hace muchos años la preocupación por el tema de “la deuda”. Después de años traumáticos y crisis recurrentes en el sexenio del presidente Miguel de la Madrid, cuando Carlos Salinas de Gortari asumió la Presidencia de la República el 1 de diciembre de 1988 instruyó a su Secretario de Hacienda, Pedro Aspe Armella a comenzar de inmediato a renegociar “la deuda”, sobre todo la externa, ya que ésta era un verdadero lastre para el crecimiento económico y era fuente de desequilibrios en nuestra balanza de pagos.
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