El país, con uno de los gastos sociales más altos del mundo como atención de salud gratuita y apoyo económico a estudiantes, enfrenta un problema y los robots apuntan como solución.
Dinamarca tiene un problema: pronto podría verse impedida de ofrecerle a su pueblo tan buen trato.
Atención gratuita para la salud, un pago mensual de 757 dólares para los estudiantes universitarios y sólidas redes de seguridad para los menos favorecidos, todo esto cuesta dinero.
Dinamarca dedica algo más de 30 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) al gasto social, uno de los más altos niveles entre las naciones ricas.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), tal “generoso sistema de bienestar requiere de finanzas públicas robustas”. Y si bien Dinamarca “parece sostenible” por ahora, el supuesto en que se basa esa opinión involucra un alto nivel de incertidumbre, advirtió la OCDE en una encuesta reciente.
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