Asistimos a una nueva revolución industrial. Los avances tecnológicos y científicos se suceden a una velocidad de vértigo. Su impacto no se limita a mejorar los productos y servicios existentes; el proceso innovador actual tiene un calado disruptivo, es decir, se están cambiando las reglas de juego en múltiples ámbitos. La robotización a gran escala, el big data, los teléfonos inteligentes, las fintech, el Internet de las cosas, la secuenciación del genoma humano, el bitcoin, las energías verdes, las plataformas digitales de intercambio entre particulares... En menos de una década, el mundo ha asistido a una cascada de novedades tal que el resultado es una transformación radical de muchas industrias con la entrada de nuevos competidores.
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