NACIONAL:Enfoque incorrecto del Banxico por el desequilibrio externo.

 

Un aspecto fundamental para cualquier economía nacional es el mantener el equilibrio interno y externo. El primero de ellos se refiere al reto de lograr un elevado crecimiento económico y bajo desempleo, manteniendo estabilidad de precios. El segundo se refiere a que los flujos de ingresos y egresos de un país con el exterior sean relativamente de la misma magnitud con el objetivo de que el tipo de cambio se mantenga estable, ya que de lo contrario se presenta una crisis de balanza de pagos.

En los últimos años hemos visto, en el caso de México, que se ha mantenido la estabilidad de precios, pero a costa de registrar un crecimiento económico mediocre, al haber promediado 2.09% en el periodo del primer trimestre de 2013 al segundo trimestre de 2016.  En el caso del equilibrio externo, éste se había venido alcanzando sin mayores complicaciones, pero desde el año 2015 éste se ha puesto en riesgo en la medida en que la balanza comercial se ha vuelto más y más deficitaria.  

Con esto en mente, cabe señalar que el pasado jueves 25 de agosto el Banco de México (Banxico) informó que el déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos en el primer semestre de este año ascendió a 15.449 miles de millones de dólares (mmdd), cifra que equivale al 3% del Producto Interno Bruto (PIB) y es la más alta para un mismo periodo desde la crisis económica que vivimos en 1995.   

Este resultado se debió a que tuvimos déficit en la balanza de bienes y servicios (balanza comercial) de 9.894 mmdd,  un déficit en la de la balanza de renta por 18.554 mmdd, y un superávit en la balanza de transferencias por 12.999 mmdd. Nuevamente vemos que las remesas salvan a México y que gracias a éstas el desequilibrio no es mayor.

Si bien el Banxico ha manifestado su preocupación por el elevado déficit de cuenta corriente y su tendencia ascendente, cabe señalar que hasta ahora se ha podido financiar con un superávit en la cuenta financiera de la balanza de pagos por 15.819 mmdd, el cual se derivó de un saldo superavitario de 11.082 mmdd en la cuenta de inversión extranjera directa, un superávit de 7.370 mmdd en la inversión de cartera y un déficit de 2.633 mmdd en otra inversión.

El riesgo para México ahora es que se detengan o disminuyan los flujos de entrada de la cuenta financiera, y continúen creciendo los desequilibrios de la cuenta corriente, de manera que el primero no pueda financiar al segundo, y se produzca entonces una mayor depreciación del peso, lo que ocasionaría mayor inflación. Si esto sucede entonces el Banxico intervendrá en el mercado elevando la tasa de interés, lo que frenará la inversión productiva y reducirá el ritmo de crecimiento económico. Y por si esto fuera poco, elevará aún más el costo financiero de la deuda del sector público, presionará las finanzas públicas y  terminara deteriorando la calificación de la deuda soberana de México.

Ante estos riesgos ¿Qué hacer entonces para impedir que siga creciendo el déficit de la cuenta corriente y se garantice un superávit lo suficientemente elevado en la cuenta financiera?

Respecto a la cuenta corriente, es fundamental comenzar a corregir el desequilibrio comercial crónico que se tiene con las naciones del continente asiático, el cual ha venido creciendo de manera ininterrumpida desde el año 2009. De acuerdo con información del INEGI; el déficit comercial con las naciones de Asia sumó 100.770 mmdd en 2013, llegó a 109.956 mmdd en 2014, fue de 119.500 mmdd en 2015 y ya asciende a 57.865 mmdd en los primeros seis meses de 2016, lo que implica un desequilibrio 2.5% más alto al observado en el primer semestre de 2015.  Ante la dimensión de estas cifras, llama la atención que el Banxico se preocupe por la salida neta de inversión de cartera de 4.764 mmdd registrada en el segundo trimestre de este año, siendo que el desequilibrio comercial con Asia en el mismo periodo fue 6.3 veces más alto.

Es importante mencionar que estas cifras serían aún más escandalosas y preocupantes si reflejaran mejor la realidad. Esto implica que el déficit comercial con las naciones asiáticas sería más alto si no existiera un extendido problema de contrabando y subvaluación de mercancías en las aduanas del país.

Ahora, respecto a la cuenta financiera, es muy importante que se mejoren las perspectivas para la deuda pública mexicana, sobre todo después de que ésta fue puesta en revisión con perspectiva negativa por parte de la calificadora Standard& Poor´s. Pero para lograr esto se requerirá que se ponga un verdadero freno al endeudamiento del sector público, el cual paso de 5.352 billones de pesos en diciembre de 2012 a 8.160 billones en el mismo mes de 2015 hasta los 8.728 billones de pesos a junio de 2016.

En este sentido no basta con el anuncio de que los requerimientos financieros del sector público para este año disminuirán de representar el 3.5% al 3.0% del PIB, ya que esto implica 570 mil millones de pesos de deuda adicional, por lo que es altamente probable que a finales de este año ésta llegue a representar el 50% del PIB. Y diciéndolo de forma coloquial, que el gobierno mexicano diga que se va a endeudar menos es como un alcohólico que dice que va a tomar menos. El problema subsiste y no se le pone remedio.     

De confirmarse en unos meses que la calificación crediticia de México se ajusta a la baja, entonces la salida de 7.032 mmdd de inversiones que estaban en valores del sector público en el mercado de dinero en el segundo trimestre de este año, palidecerá respecto a la salida de capitales que se puede dar a menos de que el Banxico ajuste su tasa de interés objetivo aún más al alza.  

Por su parte, también es preocupante que la inversión extranjera directa que recibió nuestro país en la primera mitad del año fue de apenas 11.082 mmdd, lo que representa poco más del 2% del PIB. Esta sin duda es una cifra muy baja respecto al potencial de crecimiento económico de México y es reflejo del débil crecimiento que se ha registrado en los últimos cuatro años.

A manera de conclusión, es importante señalar que efectivamente la situación del déficit de cuenta corriente es un foco amarillo en la economía nacional, el cual debe ser atendido urgentemente antes de que este se vuelva imposible de financiar y se presente una crisis de balanza de pagos.

Sin embargo, el enfoque que han tenido el Banxico y el Gobierno Federal no es el correcto, ya que lo que se debe buscar controlar es el déficit comercial con las naciones asiáticas, además de que se debe poner freno a la deuda pública para enviar a los inversionistas internacionales el mensaje correcto de que se tiene un compromiso con finanzas públicas responsables (cosa que hasta ahora no se ha hecho).

 

Director General GAEAP*

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