La llegada de Donald Trump a la presidencia de EE.UU. fue un jarro de agua fría para el comercio exterior mexicano. Aunque parece poco probable que Trump dinamite el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), tal y como prometía en campaña, los dirigentes mexicanos prefieren ser precavidos y han decidido comenzar diversificar sus ventas al exterior para protegerse de lo que pueda pasar en su relación con EE.UU., país que receptor de más del 80% de las exportaciones aztecas.
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