COLUMNA: ¿Dónde estamos parados con el TLCAN?

La semana que recién concluyó fue una en la que vimos que las cosas con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) comenzaron nuevamente a moverse, y en un tono por demás optimista. ¿Pero realmente hay algo nuevo? En realidad no. Lo que vimos fue una semana de felices charlas respecto a acelerar las cosas por parte de los tres países miembros del tratado, pero sin ninguna evidencia clara de que alguna de las partes esté dispuesto a ceder en sus exigencias respecto a la negociación.

El tono optimista respecto al futuro del TLCAN lo observamos por parte de funcionarios mexicanos, y también cuando el Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR por sus siglas en inglés), Robert Lighthizer, dijo el jueves 26 de julio, en un testimonio ante el Congreso que es posible que los socios del TLCAN alcancen un acuerdo tentativo de revisión del acuerdo en agosto.

Por su parte, Kevin Hassert, presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, dijo que los Estados Unidos están teniendo un avance “absolutamente asombroso” respecto a la renegociación del TLCAN y el acuerdo podría cerrarse este otoño. Advirtió que él no es un negociador que participe en las pláticas con Canadá y México, pero que sus colegas que están involucrados en le renegociación le han dicho que las cosas van bien.

De acuerdo con el Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, los equipos negociadores han cerrado 9 de los 30 capítulos del acuerdo, y hay otros 10 cerca de concluirse en la negociación. Por su parte, subsisten las grandes diferencias en los temas sensibles, algunos de los cuales menciono a continuación:

1. Cláusula de extinción o “sunset”, la cual implica que el tratado expirará en automático cada cinco años a menos de que las partes acuerden extenderlo. Esto se ha ganado duras críticas dado que se considera que cinco años no son nada para los horizontes de planeación de inversiones de las grandes empresas, y que una cláusula de este tipo atenta contra la certidumbre económica que se requiere para que la inversión productiva fluya entre los países.

2. En cuanto al sector automotriz, se ha mantenido la propuesta de aumentar el requerimiento de contenido norteamericano para camiones, automóviles y motores grandes desde el actual 62.5% a 85%. Además, el gobierno de Estados Unidos pide que 50% del contenido de los estos vehículos y motores debe ser fabricado en su país. Se ha dicho que de materializarse esta propuesta, se romperían  las cadenas productivas en la región dado que actualmente sólo el 24% del valor de un automóvil promedio es de partes originarias de Estados Unidos y Canadá.  Este tema es especialmente importante ya que aproximadamente una cuarta parte de todo el comercio en la región lo realiza el sector automotriz.

3. Procesos antidumping exprés contra importaciones de hortalizas estableciendo restricciones a productos mexicanos como el tomate y las “berries” en función de los ciclos agrícolas de Estados Unidos. Esto, además de ser violatorio de las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) es inequitativo porque es una medida que Estados Unidos no acepta que le imponga México en los productos que ellos exportan como maíz, trigo, sorgo, cebada, y demás granos.

4. En materia de compras de gobierno también hay inconformidad dado que Estados Unidos propone un esquema de “dólar por dólar”. Esto es, que las compras de las empresas mexicanas y canadienses de contratos del gobierno estadounidense, estén topadas al monto de contratos que las empresas estadounidenses obtienen de los gobiernos de México y Canadá.

5. En materia textil se ha propuesto que desaparezcan los cupos con trato arancelario preferencial a las exportaciones mexicanas de ciertos tipos de tela fabricados con insumos que no se producen en la región. Esto con el fin de desarrollar la proveeduría en la región de Norteamérica. De acuerdo con diversas asociaciones textiles de Estados Unidos, este es un mercado de unos 750 millones de dólares al año.

La lista de temas ríspidos para la negociación es mucho más amplia, pero este listado de cinco puntos nos recuerda las enormes complicaciones subyacentes en las negociaciones. Lo que hemos escuchado desde la semana pasada no son más que buenas intenciones respecto a acelerar el proceso de negociación, pero no hay compromisos concretos respecto a que los países ahora asumirán posturas más flexibles, en especial por parte de Estados Unidos. De esta manera, a menos de que alguien esté dispuesto a ceder, le podemos aplicar una rebaja al optimismo cuidadoso que se ha expresado recientemente en el sentido de que se podría lograr cerrar la negociación antes de las elecciones intermedias en los Estados Unidos y antes de que tome posesión el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, el 1 de diciembre. 

A este respecto lo que ha dicho el Secretario Guajardo es que se han puesto de acuerdo en el método para ir avanzando en los temas pendientes y se hará partiendo de los temas más sencillos moviéndose hacía los más complejos.

Para la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, el presionar para un cierre rápido de la negociación, es una manera del gobierno estadounidense para asegurar algunas concesiones importantes, en especial por parte de México, que parece el más interesado en cerrar la negociación con el fin de mitigar la incertidumbre y la volatilidad que lo ha azotado estos últimos meses.  

Otro tema que ha cobrado impulso en los últimos días es la idea del presidente Donald Trump de desaparecer el TLCAN y en su lugar celebrar tratados bilaterales entre Estados Unidos y México, y otro entre Estados Unidos y Canadá. En principio, tanto Canadá como México han rechazado esta alternativa, pero la realidad es que no se descarta que esta opción sea aceptada si es lo que se requiere para que Estados Unidos renuncie a varias de las demandas inaceptables que ha planteado.

¿Entonces ya reiniciaron las negociaciones del TLCAN? La realidad es que no. Sólo los principales jugadores políticos han comenzado a reunirse nuevamente después de la pausa derivada de la elección presidencial en México. La semana que concluye, tanto Canadá como los Estados Unidos celebraron reuniones con las administraciones entrante y saliente de México. Ministros canadienses clave estuvieron en México en miércoles 25, y los funcionarios fueron a Washington el jueves y viernes.

Se ha anunciado que en la semana que inicia el 30 de julio comenzarán a trabajar los grupos negociadores técnicos, para realizar propuestas y contrapropuestas, algo que no sucedía desde el pasado mes de mayo. Habrá que estar atentos porque es en estos espacios donde podremos ver si se logra cierto progreso o si las declaraciones de los funcionarios de los tres países solo fueron buenas intenciones.  

Este es, de manera general, el estado que guarda el tema TLCAN. Hay elementos para sentirnos optimistas, y eso sin duda es un factor que ha fortalecido la paridad cambiaria, la cual bajó hasta los 18.55 pesos por dólar. Es muy importante que el equipo negociador de México, al cual ya se ha incorporado el equipo de transición del presidente electo López Obrador, cuide los intereses de México y no se deje chantajear por parte de Estados Unidos en el sentido de que la única forma de lograr una renegociación concluida para agosto de este año, será a costa de que se acepten sus propuestas inaceptables o que sea a costa de matar el TLCAN, para entonces negociar acuerdos bilaterales.

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