La conducción de la política monetaria en México se ha enfocado a propiciar una convergencia eficiente de la inflación a la meta permanente de 3 por ciento, es decir, al menor costo posible para la sociedad en términos de actividad económica. A finales de 2013 y principios de 2014, debido a la ocurrencia de algunos choques de oferta y la entrada en vigor de nuevas medidas fiscales en 2014, la inflación en México presentó un incremento. Posteriormente, como se había anticipado, ésta retomó su tendencia descendente a medida que los efectos de algunos de estos choques comenzaron a disiparse.
Por su parte, las expectativas de inflación para horizontes de mediano y largo plazo permanecieron estables, y el proceso de formación de precios en la economía no se vio contaminado.
El Banco de México ha señalado reiteradamente que choques de oferta o de precios relativos, en un contexto de expectativas de inflación bien ancladas, solamente propician aumentos temporales en la inflación.
Por consiguiente, los referidos choques no ameritan ajustes al alza en la tasa de interés de referencia, puesto que ello significaría un endurecimiento innecesario de la postura de política monetaria, ya que para cuando el aumento en la tasa de interés de referencia afecte a la inflación, el efecto transitorio del choque sobre la misma ya se habría desvanecido.
Considerando lo expuesto, la postura de política monetaria se mantuvo sin cambios durante el periodo que cubre este Informe, si bien el Instituto Central permaneció alerta a que no se presentasen efectos de segundo orden en el sistema de precios de la economía.