ECONOMÍA: Reporte del Banxico sobre el Sistema Financiero.

Agencia GAEAP. 31/10/18.- El Banco de México publicó su Reporte sobre el Sistema Financiero, el cual hace un balance de los riesgos y fortalezas de éste. A continuación se presenta un resumen:

Durante los últimos 20 años, el sistema financiero mexicano se ha venido expandiendo sobre bases sólidas como resultado de un esfuerzo sostenido. En particular, la mejora progresiva que se ha conseguido en cuanto a la regulación y supervisión a lo largo de ese periodo, así como una conducción prudente de las políticas macroeconómicas han permitido la expansión del crédito manteniendo la solvencia y liquidez del sistema, con niveles de riesgo moderados.

Desde la última edición del Reporte sobre el Sistema Financiero, la economía mexicana ha enfrentado condiciones de marcada incertidumbre derivada de factores tanto externos como internos. En cuanto al entorno global, se presentaron episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales y un menor apetito por riesgo en un contexto de recrudecimiento de las tensiones comerciales, de incrementos en las tasas de interés en los EE. UU. y de divergencia en el ritmo de crecimiento de las principales economías avanzadas. En el ámbito interno, cabe destacar la incertidumbre y volatilidad que estuvieron asociadas a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y al proceso electoral.

En el contexto descrito y dado el impacto que los factores mencionados pudieran tener sobre la inflación, el Banco de México actuó de manera oportuna y firme conforme a su mandato de procurar la estabilidad de precios. En particular, durante el periodo que cubre la presente edición del Reporte se incrementó la tasa de referencia en 75 puntos base para ubicarse en un nivel de 7.75%. Cabe señalar al respecto que el sistema financiero mexicano, que cuenta con niveles adecuados de capitalización y de liquidez, logró absorber adecuadamente los aumentos de las tasas de interés y los ajustes cambiarios. De esta forma, la solidez que ha mantenido el sistema financiero, aunada a una política monetaria prudente y firme, son factores que contribuyen a que la economía se encuentre en una mejor posición para enfrentar posibles escenarios adversos y a que estos puedan absorberse con un menor costo para la sociedad.

No obstante, el entorno internacional que prevalece está dando lugar a que en algunos casos se materialicen o se intensifiquen algunos de los riesgos que ha mencionado el Banco de México en sus distintos vehículos de comunicación. En particular, para el sistema financiero nacional destacan cuatro riesgos principales: i) un incremento de las tasas de interés en los EE. UU. más acelerado de lo esperado o desordenado; ii) un recrudecimiento de las medidas comerciales proteccionistas a nivel global, a pesar de que la incertidumbre acerca del TLCAN disminuyó a partir del acuerdo comercial alcanzado en principio entre México, EE. UU. y Canadá; iii) ajustes importantes de portafolio con salidas de capital ante el deterioro de algunas economías emergentes; y iv) menores perspectivas de crecimiento para la economía del país tanto a lo largo del ciclo económico como de naturaleza potencial.

Es importante resaltar que durante los últimos años la economía mexicana ha enfrentado condiciones de financiamiento externo más astringentes. No obstante, la disponibilidad de las fuentes internas de financiamiento ha permitido al sector privado enfrentar condiciones de financiamiento relativamente favorables. En particular, la postura monetaria implementada por el Banco de México, además de contribuir al anclaje de las expectativas de inflación de mediano y largo plazo ha inducido una reasignación intertemporal del gasto por parte de los agentes económicos. Todo lo anterior en conjunto con los ajustes de la postura fiscal –que a partir de 2016 ha conllevado una menor absorción de recursos financieros por parte del sector público–, ha permitido mitigar los efectos sobre la economía nacional de la mayor restricción de financiamiento externo y, en particular, sobre las condiciones de financiamiento para el sector privado.

Respecto a los hogares, estos presentan condiciones financieras similares a las registradas en 2017, tanto en su endeudamiento como en su capacidad de pago. Cabe señalar que, si bien el financiamiento bancario a los hogares continuó expandiéndose en el periodo que cubre este Reporte, lo hizo a un ritmo menor. Esto es resultado, en parte, de un entorno de mayor incertidumbre y de mayores costos de financiamiento. A pesar de ello, en general la morosidad del crédito a los hogares se mantuvo estable o en algunos casos disminuyó, según el tipo de crédito.

Por su parte, el financiamiento interno otorgado a las empresas privadas no financieras ha crecido más rápidamente que el externo. En particular, el financiamiento bancario mostró una reactivación a partir del último trimestre de 2017, en un entorno en el que la morosidad del crédito en este segmento se mantiene en niveles reducidos. No obstante, ante la posibilidad de que se deterioren las condiciones de financiamiento del exterior para las empresas mexicanas, es posible que las de mayor tamaño que actualmente recurren a fuentes externas de financiamiento regresen al mercado local, lo cual podría generar a su vez un efecto de desplazamiento para las empresas de menor tamaño.

Respecto a las instituciones que forman parte del sistema financiero, cabe destacar el caso de la banca múltiple, que además de contar con niveles elevados de solvencia, dispone de una buena capacidad para generar ingresos, y su riesgo de crédito se ha mantenido relativamente estable con relación al portafolio de crédito. No obstante, resulta fundamental dar seguimiento cercano a los riesgos que presenten las instituciones sistémicamente importantes. Al respecto destaca que si bien la participación de estas instituciones en el crédito bancario disminuyó durante el periodo que abarca este Reporte, su contribución al riesgo de crédito del sistema se redujo en menor medida. Por otra parte, el entorno de mayor incertidumbre y volatilidad que se ha presentado en los mercados financieros, principalmente en las tasas de interés y el tipo de cambio, resultó en un incremento en el riesgo de mercado para las instituciones bancarias. En contraste, la banca continúa mostrando niveles holgados de liquidez.

En cuanto a otras instituciones del sistema financiero, destaca que la banca de desarrollo y las instituciones de fomento presentan la solidez financiera necesaria para hacer frente a posibles escenarios adversos. Asimismo, los fondos de inversión, aseguradoras y casas de bolsa cuentan con reservas suficientemente líquidas para enfrentar eventos de riesgo. Por su parte, las sofipos y socaps mantienen una cartera de crédito al consumo relativamente pequeña con respecto al total, y aunque han presentado un crecimiento del financiamiento a hogares mayor al de la banca, parten de una base muy pequeña, lo que reduce su efecto sistémico potencial.

En adición a los riesgos antes explicados, el sistema financiero podría verse afectado por el riesgo de ataques cibernéticos. Al respecto, durante los últimos meses se han tomado medidas con el fin de fortalecer la regulación y la supervisión y se continuará dando seguimiento a los principios acordados por el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero. Esto último, con el propósito de incorporar las mejores prácticas y recomendaciones internacionales.

Resulta particularmente importante que las autoridades financieras mexicanas se mantengan en alerta para tomar las medidas complementarias que sean necesarias para fortalecer al sistema financiero y salvaguardar su estabilidad. Todo ello, de acuerdo con las mejores prácticas internacionales. Cabe recordar que la política macroprudencial está orientada a identificar riesgos sistémicos en el sistema financiero, reducir la probabilidad de que se materialicen y mitigar su impacto.

Cabe señalar que las acciones de política económica que se han adoptado para reforzar los fundamentos macroeconómicos y preservar un funcionamiento ordenado de los mercados financieros han contribuido a que la economía mexicana se encuentre en mejor posición para protegerse de la volatilidad y hacer frente a los riesgos mencionados en este Reporte.

Si bien el fortalecimiento de las políticas macro y micro prudenciales ha logrado mantener un sistema financiero mexicano saludable, con niveles de capitalización y liquidez adecuados, aún quedan algunas acciones que, de implementarse, permitirán fortalecerlo aún más. Asimismo, aunque a nivel sistema existe solidez, algunas entidades o agentes en lo individual podrían presentar vulnerabilidades ante ciertos choques, por lo que será relevante continuar dando seguimiento a dichos agentes.

En suma, resulta importante mantener un sistema financiero sólido como parte de un marco macroeconómico saludable. De esta manera se podrá tener una base para una política económica que detone el crecimiento del país, así como continuar impulsando acciones que propicien un mayor bienestar para todos los mexicanos.

 

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