México enfrenta uno de los riesgos fiscales más grandes de su historia reciente: el permitir que la deuda pública aumente de un plumazo en poco más de 1.6 billones de pesos si el Congreso autoriza que el gobierno federal absorba los pasivos laborales de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), algo ya conocido como el “Pemexproa”.
Esta eventual aprobación por el Pleno de la Cámara de Diputados costará mucho a ésta y a las futuras generaciones de mexicanos, ya que limitará las posibilidades del Estado mexicano de dotarle a la población de los bienes públicos que demanda con urgencia, pero antes de valorar este impacto, veamos primero como han evolucionado las finanzas públicas de México en los últimos 20 años:
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