ECONOMÍA: Reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México, con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 27 de junio de 2019.

A continuación se presenta el Resumen de la Minuta número 68 correspondiente a la Reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México, con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 27 de junio de 2019. Al dar lectura a este documento queda muy claro lo que está sucediendo actualmente en la economía nacional e internacional.

1. EVOLUCIÓN ECONÓMICA Y FINANCIERA RECIENTE Y PERSPECTIVAS

La presente Sección fue elaborada por las Direcciones Generales de Investigación Económica y de Operaciones de Banca Central, ambas del Banco de México.

1.1. Actividad económica mundial

La información disponible sugiere que en el segundo trimestre del año la economía mundial se desaceleró como consecuencia de una moderación del crecimiento en algunas de las principales economías avanzadas y emergentes. Asimismo, los indicadores sobre el comercio mundial, la confianza de los negocios y la inversión han acentuado su debilidad en los últimos meses, reflejando, en parte, el escenario de mayor incertidumbre sobre la relación comercial entre Estados Unidos y algunos de sus principales socios comerciales. Además, indicadores prospectivos, tales como el índice de gerentes de compras del sector manufacturero y de servicios, indican que la debilidad de la economía global podría acentuarse en los próximos meses. El escenario descrito anteriormente ha conducido a nuevas revisiones a la baja en las perspectivas de crecimiento de la economía global por parte de diversos organismos internacionales. A su vez, la inflación general y subyacente se ha mantenido en niveles reducidos en las principales economías avanzadas y han disminuido sus expectativas. El entorno anterior ha fortalecido la expectativa de que los bancos centrales de las principales economías adoptarán posturas monetarias más acomodaticias. No obstante lo anterior, el balance de riesgos para la economía global continúa sesgado a la baja. En particular, existe la posibilidad de que se dé un escalamiento adicional de las disputas comerciales entre Estados Unidos y sus principales socios comerciales, que la debilidad de algunas de las principales economías se prolongue más de lo anticipado, que tengan lugar nuevos episodios de volatilidad en los mercados financieros y que se intensifiquen algunos riesgos políticos y geopolíticos, incluyendo la posibilidad de una salida desordenada del Reino Unido de la Unión Europea y un recrudecimiento de las tensiones entre Estados Unidos e Irán.

En Estados Unidos, los indicadores disponibles sugieren que el crecimiento del PIB en el segundo trimestre será menor al de 3.1% que se registró a tasa trimestral anualizada y ajustada por estacionalidad en el primero. Dicha expectativa se puede asociar a que tanto la inversión residencial como la no residencial han mostrado una mayor debilidad y que, tal como se anticipaba, se ha observado una fuerte desacumulación de inventarios y un menor crecimiento de las exportaciones netas. En contraste, se prevé que el consumo privado y el gasto público muestren una recuperación, atenuando el mal desempeño de los indicadores antes mencionados.

La producción industrial de Estados Unidos se expandió 0.4% a tasa mensual en mayo, después de haberse contraído 0.4% en abril. El avance de mayo estuvo asociado principalmente al fuerte repunte de 2.1% en la producción de electricidad y gas, toda vez que la actividad minera y la manufacturera crecieron a ritmos más moderados, de 0.1 y 0.2%, respectivamente. La atonía de la actividad manufacturera siguió reflejando los efectos de las tensiones comerciales y la debilidad del crecimiento mundial. Adicionalmente, indicadores prospectivos, tales como el componente de nuevos pedidos del Índice del Sector Manufacturero (ISM), continúan sugiriendo que la producción manufacturera se mantendrá débil en el corto plazo.

El mercado laboral en Estados Unidos exhibió indicios de una menor robustez. En particular, la nómina no agrícola aumentó en solo 75 mil plazas en mayo, al tiempo que se revisaron a la baja las cifras de empleo de marzo y abril, con lo que el promedio móvil de tres meses disminuyó de 238 mil en enero de este año a 151 mil en mayo. No obstante, la tasa de desempleo se mantuvo en 3.6% en mayo, en tanto que otros indicadores como la tasa de apertura de nuevas plazas y las solicitudes iniciales de seguro de desempleo continuaron reflejando condiciones de estrechez del mercado laboral. En este contexto, los salarios siguieron aumentando tanto en términos nominales como reales.

En la zona del euro, si bien el consumo privado continuó mostrando fortaleza, impulsado por el aumento en el empleo y en los salarios, así como por la elevada confianza del consumidor, las cifras disponibles apuntan hacia un menor crecimiento del PIB durante el segundo trimestre. Dicha debilidad está relacionada con el mayor deterioro del comercio internacional, derivado, a su vez, del entorno de menor crecimiento mundial. En este respecto, los indicadores prospectivos, tales como el Índice de Gerentes de Compras del Sector Manufacturero y la confianza de los negocios, sugieren que la atonía de este sector pudiera persistir en los próximos meses. A pesar de ello, el mercado laboral siguió fortaleciéndose, de modo que la tasa de desempleo disminuyó de 7.7% en marzo a 7.6% en abril.

En Japón, los indicadores disponibles al segundo trimestre del año muestran una moderación de la actividad económica, luego de que esa economía creciera 2.2% a tasa trimestral anualizada y ajustada por estacionalidad en el primer trimestre del año. El debilitamiento de la actividad económica estaría relacionado con el continuo deterioro de las exportaciones netas, en tanto que el consumo y la inversión pública parecerían estar contribuyendo positivamente al crecimiento. Por su parte, el Índice de Gerentes de Compras del Sector Manufacturero ha acentuado su tendencia negativa, incrementando la posibilidad de una contracción de dicho sector en el segundo trimestre. En este contexto, el mercado laboral moderó su ritmo de robustecimiento, si bien continuó apretado. En efecto, la tasa de desempleo en abril se mantuvo en 2.4%, en línea con el promedio del último año, aunque los salarios desaceleraron su crecimiento.

En las economías emergentes, los indicadores prospectivos sugieren una moderación de la actividad económica durante el segundo trimestre. En China, los indicadores de actividad económica reflejaron cierto debilitamiento de la economía en el segundo trimestre, después de observarse una estabilización del ritmo de crecimiento del PIB durante el primero. Asimismo, se prevé un debilitamiento de las principales economías de Europa emergente, destacando los casos de Turquía, Hungría y Polonia. Por su parte, los indicadores oportunos sugieren un repunte en la actividad económica de países como India, Corea, Filipinas y algunas de las principales economías de América Latina.

En cuanto a los precios internacionales de las materias primas, estos han registrado, en su mayoría, una tendencia a la baja. En particular, los precios del crudo disminuyeron hasta mediados de junio como resultado de diversos factores que han afectado la demanda mundial de petróleo, tales como el escalamiento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y sus principales socios comerciales, el aumento inesperado de los inventarios de crudo y combustibles en Estados Unidos, así como por la desaceleración de la actividad económica global. No obstante, en semanas recientes el incremento en las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos e Irán se ha reflejado en una recuperación parcial de dichos precios. Por su parte, los precios de los metales industriales continuaron disminuyendo ante una menor actividad industrial en el mundo y por el estancamiento de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China. En contraste, los precios de los granos, particularmente del trigo y maíz, aumentaron fuertemente por las condiciones climáticas desfavorables para la siembra que se han presentado recientemente en Estados Unidos.

1.2. Política monetaria y mercados financieros internacionales

En la mayoría de las economías avanzadas, la inflación subyacente se ha mantenido relativamente estable y en niveles bajos. Además, la posibilidad de que la actividad económica se debilite y de que las expectativas de inflación continúen disminuyendo pudiera aumentar los riesgos de una mayor persistencia de la inflación en niveles reducidos. En Estados Unidos, la variación anual del deflactor del gasto en consumo se mantuvo por debajo de la meta de la Reserva Federal, mientras que la inflación subyacente medida por el índice de precios al consumidor siguió disminuyendo en mayo, al pasar de 2.1 a 2%. En la zona del euro, la inflación subyacente se ha mantenido baja como resultado, en parte, de que las empresas parecerían estar optando por reducir sus márgenes de ganancia en lugar de aumentar los precios al consumidor ante el gradual incremento en sus costos laborales. Por su parte, en las semanas recientes, las expectativas de inflación implícitas en instrumentos de mercado para el caso de economías avanzadas han disminuido, resaltando el caso de la zona del euro, en donde dichas expectativas alcanzaron niveles históricamente bajos.

En este contexto, se ha fortalecido la expectativa de que los principales bancos centrales de las principales economías avanzadas adoptarán posturas monetarias más acomodaticias, particularmente en caso de que se acentúen los riesgos para el crecimiento de sus economías.

En su reunión de junio, como se esperaba, la Reserva Federal de Estados Unidos determinó mantener sin cambio el rango objetivo para la tasa de fondos federales entre 2.25 y 2.5%, si bien un miembro votó a favor de un recorte de 25 puntos base. En su comunicado, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) expresó que, si bien el crecimiento del consumo de los hogares ha repuntado, la inversión de los negocios se ha mantenido débil, al tiempo que la inflación se ha ubicado por debajo de su objetivo de 2%. El FOMC señaló que, ante la mayor incertidumbre que enfrenta la economía de Estados Unidos y la ausencia de presiones inflacionarias, seguirá de cerca la información económica y tomará las medidas apropiadas para mantener la expansión de la actividad económica con un mercado laboral fuerte y un nivel de inflación cercano a su objetivo simétrico de 2%. Por otra parte, la mediana de las proyecciones económicas del FOMC reflejó la expectativa de un menor crecimiento para 2020 y de una menor inflación general y subyacente para 2019 y 2020. En este contexto, la mediana de sus proyecciones sobre la tasa de referencia sugiere que esta podría permanecer en el nivel actual en 2019, si bien 8 de 17 miembros anticipan una menor tasa objetivo antes de que finalice el año. Asimismo, la mediana de la tasa de referencia para 2020 se revisó de 2.625% a 2.125% y la de 2021 de 2.625% a 2.375%. Por su parte, los instrumentos de mercado anticipan entre dos y tres disminuciones de 25 puntos base este año y uno adicional en 2020.

En su reunión de junio, el Banco Central Europeo (BCE) mantuvo sin cambio la tasa de referencia en 0%, la tasa de depósitos en -0.4% y la de préstamos en 0.25%. Respecto de su guía futura, señaló que las tasas de referencia se mantendrán en los niveles actuales por lo menos hasta la primera mitad de 2020, y no hasta finales de 2019 como lo indicaba en sus últimos comunicados. Posteriormente, en un discurso en Sintra, el Presidente de esa Institución, Mario Draghi, destacó que, en caso de que la ausencia de una mejoría en la actividad económica pusiera en riesgo la convergencia de la inflación hacia su objetivo, serían necesarios mayores estímulos monetarios. Al respecto, externó que, de ser necesario, el BCE cuenta con herramientas para relajar su postura monetaria, mencionando que en su última reunión se discutieron algunas medidas como la posibilidad de ajustar el sesgo y la condicionalidad de su guía futura, recortar sus tasas de referencia y ampliar su programa de compra de bonos.

En su reunión de junio, el Banco de Japón mantuvo sin cambio su tasa de referencia de corto plazo en -0.1% y la de largo plazo, ligada al bono de 10 años, en 0%. Si bien esa Institución señaló que espera que la economía continúe expandiéndose a un ritmo moderado, destacó que los riesgos provenientes del exterior seguirán siendo significativos. En cuanto a su guía futura, reiteró que mantendrá las tasas de interés de corto y largo plazo en niveles extremadamente bajos al menos hasta la primavera de 2020, aunque subrayó que evaluará los riesgos a la conducción de su política monetaria y hará los ajustes apropiados tomando en consideración la evolución de la actividad económica, de los precios y de las condiciones financieras. No obstante, el Presidente de esa Institución mencionó en su conferencia de prensa que el Banco de Japón flexibilizaría su postura de política monetaria en caso de que la tendencia al alza de la inflación se debilite.

El Banco de Inglaterra mantuvo su tasa de interés de referencia en 0.75% en su reunión de junio. Ese banco central subrayó que las cifras más recientes sobre actividad económica son congruentes con sus proyecciones publicadas en mayo, si bien reconoció que los riesgos a la baja se han acentuado, destacando la mayor probabilidad de una salida del Reino Unido de la Unión Europea sin acuerdo y la creciente incertidumbre sobre la economía global. Respecto de su política monetaria, reiteró que, aunque la postura más apropiada sigue siendo la de un alza gradual y limitada en la tasa de interés de referencia, esta se ajustará en la dirección que se requiera. En particular, indicó que ello dependerá de las condiciones de salida del Reino Unido de la Unión Europea y del impacto que esta tenga sobre la oferta y demanda agregada y en el tipo de cambio.

Por su parte, en la mayoría de las economías emergentes la inflación exhibió un alza debido al incremento observado durante los primeros meses de 2019 en los precios de los energéticos y recientemente en los de los alimentos. No obstante, la inflación subyacente se ha mantenido baja y, salvo ciertas excepciones, ha permanecido sin cambios significativos. En este contexto, algunos bancos centrales comenzaron o continuaron con un proceso de relajamiento de su postura de política monetaria. En particular, el Banco Central de India recortó su tasa de referencia en un entorno en el que se ha ampliado la brecha de producto y la inflación se mantiene por debajo de la meta; el de Chile recortó su tasa de interés, destacando que el crecimiento del primer trimestre fue menor a lo que había proyectado; y el de Rusia disminuyó sus tasas de interés, subrayando que podría hacerlo nuevamente en una o dos ocasiones en lo que resta de 2019. Por su parte, el Banco Popular de China implementó medidas adicionales para aumentar la liquidez de los bancos de menor tamaño.

La expectativa de una política monetaria más acomodaticia por parte de algunos bancos centrales de las principales economías avanzadas dio como resultado una disminución de las tasas de interés a lo largo de toda la curva de rendimientos y un aumento en el apetito por riesgo en los mercados financieros internacionales. Por su parte, los mercados accionarios de las principales economías registraron avances moderados, anticipando la posibilidad de menores costos de financiamiento en el futuro cercano, al tiempo que el dólar se depreció ligeramente frente a la mayoría de las divisas ante la expectativa de que la Reserva Federal reduzca su tasa objetivo en los próximos meses. En este contexto, los precios de los activos financieros de las economías emergentes registraron un comportamiento positivo en general, observándose una ligera apreciación de sus divisas, una disminución en las tasas de valores gubernamentales y cierta recuperación en la mayoría de los índices accionarios. En lo que respecta a los flujos de capitales dirigidos hacia estas economías, se observó un comportamiento mixto, al registrarse entradas en los mercados de deuda y salidas en los accionarios.

Hacia delante, los participantes del mercado seguirán atentos a la evolución de varios factores de riesgo que podrían dar como resultado un aumento de la volatilidad y un deterioro de las condiciones de los mercados financieros. Entre ellos sobresalen la posibilidad de una resolución desfavorable de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y sus principales socios comerciales; una desaceleración más pronunciada de la actividad económica en un entorno en el que el campo de acción de los bancos centrales es limitado; y un escalamiento de las tensiones geopolíticas alrededor del mundo.

2. EVOLUCIÓN DE LA ECONOMÍA MEXICANA

2.1. Mercados en México

Desde la última decisión de política monetaria a la fecha, los precios de los activos financieros en México mostraron episodios de volatilidad asociados con distintos eventos que se presentaron en nuestro país. Entre ellos destacan:

El anuncio del gobierno de Estados Unidos de la potencial imposición de aranceles a las importaciones de productos mexicanos, lo cual no fue llevado a cabo ante el acuerdo temporal alcanzado entre los gobiernos de estos países en materia migratoria.

La revisión a la baja en la calificación por parte de la agencia calificadora Fitch Ratings de la deuda soberana de largo plazo en moneda extranjera de BBB+ a BBB y el posterior ajuste en la calificación de la deuda de Petróleos Mexicanos de BBB- a BB+. Con este ajuste, la deuda de la Empresa Productiva del Estado perdió el grado de inversión en la escala de esta calificadora.

Por su parte, si bien la agencia Moody’s confirmó la calificación de la deuda de nuestro país de largo plazo en moneda extranjera en A3, revisó la perspectiva de estable a negativa tanto para el soberano como para Petróleos Mexicanos.

Así, la cotización de la moneda nacional frente al dólar operó en un rango amplio, con un nivel máximo de 19.80 pesos por dólar. No obstante, en las semanas más recientes, ante el acuerdo alcanzado con Estados Unidos, con el cual se suspendió la entrada en vigor de los aranceles previamente anunciados, y el mayor apetito por riesgo derivado de la expectativa de posturas monetarias más acomodaticias en las principales economías, el tipo de cambio finalizó el periodo con una apreciación de 0.10%, en un nivel de 19.18 pesos por dólar. De igual forma, las condiciones de operación en el mercado cambiario, tanto realizadas como prospectivas, mostraron un deterioro con el anuncio de la posible imposición de aranceles, para después normalizarse tras el acuerdo migratorio alcanzado.

Por su parte, las expectativas de tipo de cambio de los analistas de diversas instituciones financieras mostraron ajustes al alza. Para el cierre de 2019 estas se modificaron de 19.85 a 19.90 pesos por dólar, en tanto que para el cierre de 2020 se ajustaron de 20.00 a 20.23 pesos por dólar.

Las tasas de interés de los valores gubernamentales presentaron disminuciones de hasta 69 puntos base, principalmente en aquellos instrumentos de mediano y largo plazo. Este movimiento estuvo asociado, por una parte, a los ajustes observados en la mayoría de los mercados de deuda a nivel global como consecuencia de la expectativa de que los bancos centrales de economías avanzadas adopten una estrategia de política monetaria más acomodaticia y, por otro lado, a la postura monetaria del Banco de México ante el escenario de riesgos para la inflación en México. Lo anterior se presentó en un contexto en el que las condiciones de operación se deterioraron en algunos días durante el periodo.

Respecto de las expectativas para la trayectoria de la tasa de referencia de política monetaria implícitas en la estructura de la curva de rendimientos, estas no presentaron ajustes con relación a los niveles observados en el periodo anterior. En este sentido, tanto el consenso de los analistas del sector privado encuestados por Citibanamex, como las expectativas implícitas en el mercado, no anticipan cambios en la tasa de referencia para la decisión de junio. Para el cierre de 2019, la expectativa implícita en las tasas del mercado y la mediana de la última encuesta de economistas anticipan una disminución de 25 p.b. en la tasa de referencia de política monetaria.

2.2. Actividad económica en México

En el primer trimestre de 2019, el PIB de México mostró una contracción respecto del periodo anterior. La información disponible sugiere que en abril de 2019 la actividad económica mostró un incremento marginal respecto del mes previo, en un entorno en el que persiste debilidad en la mayoría de los componentes de la demanda agregada, especialmente la interna.

Respecto de la evolución de la demanda externa, no obstante el debilitamiento del comercio mundial y el escalamiento de las tensiones comerciales, a inicios del segundo trimestre de 2019 las exportaciones manufactureras presentaron cierta recuperación con relación a la desaceleración presentada en los dos trimestres anteriores. En particular, las exportaciones automotrices siguieron presentando una trayectoria positiva, en tanto que el resto de las manufacturas registraron una reactivación, luego de las caídas exhibidas en los meses anteriores. Por destino de las exportaciones, se observaron avances tanto las dirigidas a Estados Unidos, como las canalizadas al resto del mundo.

Con relación a la evolución de la demanda interna, de acuerdo con su indicador mensual, en el primer trimestre de 2019 el consumo privado mostró una desaceleración respecto del dinamismo observado durante la mayor parte de 2018. En particular, se observó un menor ritmo de crecimiento del consumo de servicios, lo que contrasta con el dinamismo que este rubro había venido registrando desde finales de 2017, al tiempo que el consumo de bienes continuó exhibiendo atonía. Indicadores más oportunos del consumo, aunque de menor cobertura, como los ingresos en empresas comerciales al por menor, las importaciones de bienes de consumo y las ventas de las industrias manufactureras en el mercado nacional –las cuales tienen una alta correlación con el consumo de bienes de origen nacional– presentaron cierta recuperación en abril de 2019 respecto de la debilidad observada en meses previos. En contraste, las ventas de vehículos ligeros mantuvieron una trayectoria negativa. Por su parte, en el primer trimestre de 2019, se acentuó la tendencia negativa que la inversión fija bruta ha exhibido desde inicios de 2018, no obstante el repunte que tanto el gasto en maquinaria y equipo, como la inversión en construcción, mostraron en enero, toda vez que este se explicó por factores transitorios. En efecto, la inversión en maquinaria y equipo siguió registrando debilidad, en tanto que la inversión en construcción exhibió una trayectoria a la baja.

Por el lado de la producción, a principios del segundo trimestre de 2019 la actividad económica continuó exhibiendo atonía como reflejo del pobre desempeño de los servicios y de las actividades primarias. En particular, el comportamiento desfavorable de las actividades terciarias en abril se explica por los retrocesos registrados en el comercio, en los servicios profesionales y de apoyo a los negocios; y en los de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas. Por su parte, no obstante la expansión que la actividad industrial registró en abril de 2019, esta se mantiene en niveles similares a los de inicio de año. Al interior de la actividad industrial destaca que tanto la minería como la construcción mantuvieron trayectorias a la baja. En contraste, las manufacturas exhibieron cierta recuperación respecto de la debilidad observada desde finales de 2018.

En cuanto a la posición cíclica de la economía, las condiciones de holgura continuaron relajándose, incluso más de lo previsto. Respecto de las condiciones del mercado laboral, tanto la tasa de desocupación nacional, como la urbana, han mostrado niveles superiores a los reportados en la mayor parte de 2018. Asimismo, la creación de puestos de trabajo afiliados al IMSS continuó presentando una marcada desaceleración. Por su parte, con información al primer trimestre de 2019, como resultado del comportamiento de la productividad y de las remuneraciones medias reales, el costo unitario de la mano de obra para la economía en su conjunto exhibió un avance con relación al periodo previo. Asimismo, no obstante la caída de los costos unitarios de la mano de obra en el sector manufacturero registrada a principios del segundo trimestre de 2019, estos continuaron ubicándose en niveles elevados.

En abril de 2019, el financiamiento interno al sector privado no financiero presentó un crecimiento real anual similar al promedio registrado en los primeros meses de este año. Este mismo comportamiento se observó en las variaciones anuales del financiamiento a las empresas no financieras y el crédito a los hogares, en particular en los préstamos de vivienda. A su vez, el crédito destinado al consumo continuó reduciendo su ritmo de expansión. En cuanto a las tasas de interés, aquellas correspondientes al financiamiento a las empresas no presentaron cambios significativos en el margen, aunque permanecen en niveles elevados. Por su parte, las tasas de interés del crédito a la vivienda se han mantenido estables desde el segundo trimestre de 2017, en tanto que las tasas de interés del segmento de crédito al consumo han permanecido prácticamente sin cambios durante el mismo periodo, con excepción de las de tarjetas de crédito, las cuales han presentado incrementos. Con respecto a la calidad de la cartera, los índices de morosidad del crédito a las empresas e hipotecario se mantuvieron en niveles bajos, mientras que los correspondientes al consumo han registrado una tendencia a la baja desde agosto de 2018, si bien continúan en niveles elevados.

2.3. Comportamiento y perspectivas de la inflación

Entre abril y la primera quincena de junio de 2019, la inflación general anual disminuyó de 4.41 a 4.00%. Este resultado se explica por la importante reducción que presentó el componente no subyacente, toda vez que la inflación subyacente permaneció en el mismo nivel.

En efecto, la inflación subyacente anual se ubicó en 3.87% tanto en abril, como en la primera quincena de junio de 2019. Al interior de este índice, las tasas de variación anual de los precios de las mercancías alimenticias siguieron exhibiendo niveles elevados así como una tendencia al alza, en tanto que las de las no alimenticias se mantuvieron en niveles inferiores a 3%. Por su parte, la tasa de variación anual de los precios de los servicios disminuyó, influida por el desvanecimiento del efecto calendario de Semana Santa al alza que tuvo lugar en abril, si bien se continúa ubicando en niveles elevados, al tiempo que diversos servicios de alimentación, de transporte y de esparcimiento siguen presentando tasas de variación anual en sus precios mayores a 5% y, en algunos casos, crecientes. Adicionalmente, la tasa de crecimiento anual del subíndice de precios de vivienda siguió presentando una tendencia al alza, aunque se mantiene en niveles inferiores a 3%.

En cuanto a la inflación no subyacente anual, esta se redujo de 6.08 a 4.34% entre abril y la primera quincena de junio de 2019. Ello reflejó los menores incrementos tanto en los precios de las frutas y las verduras, como en los de los energéticos, siendo esto último en parte resultado de la reducción en sus referencias internacionales. Los menores incrementos de estos componentes más que compensaron los aumentos registrados en los precios de los productos pecuarios.

Entre abril y mayo, las medianas de las expectativas de inflación de corto plazo provenientes de la encuesta que levanta el Banco de México entre especialistas del sector privado mostraron comportamientos diferenciados. En particular, la mediana de las expectativas de inflación general para el cierre de 2019 se ajustó al alza, de 3.70 a 3.75%, en tanto que la correspondiente al cierre de 2020 se mantuvo en 3.60%. A su vez, las medianas del componente subyacente correspondientes a los cierres de 2019 y de 2020 pasaron de 3.56 a 3.60% y de 3.50 a 3.40%, respectivamente. De este modo, las expectativas implícitas para el componente no subyacente para los cierres de 2019 y 2020 se ajustaron de 4.13 a 4.21% y de 3.91 a 4.22%, respectivamente. Por su parte, la mediana de las expectativas de inflación general de mediano plazo (próximos 4 años) se mantuvo alrededor de 3.55% y la correspondiente a más largo plazo (próximos 5 a 8 años) permaneció estable en 3.50%. Cabe destacar que la mediana para el componente subyacente de mediano plazo se mantuvo cercana a 3.50% y la correspondiente al largo plazo permaneció en 3.40%, luego de que esta última se ubicara en 3.30% durante la mayor parte de 2018. Así, entre principios de mayo y mediados de junio, las expectativas de inflación general y subyacente de corto, mediano y largo plazos no variaron significativamente, si bien en todos los casos se mantuvieron por encima de la meta de 3%. En cuanto a la información derivada de instrumentos de mercado, la compensación por inflación de mediano y largo plazos ha permanecido en niveles elevados.

Respecto a los riesgos para la inflación, algunos han disminuido, y otros han ganado relevancia. Al alza destaca la posibilidad de que la cotización de la moneda nacional se vea presionada por factores externos o internos. Si la economía requiere un ajuste, ya sea del tipo de cambio real o en las tasas de interés de mediano y largo plazos, el Banco de México contribuirá a que dichos ajustes ocurran de manera ordenada, buscando evitar efectos de segundo orden sobre la formación de precios. Otros riesgos son la amenaza de imposición de aranceles por parte de Estados Unidos y que se adopten medidas compensatorias, si bien este riesgo se ha mitigado por el acuerdo recientemente alcanzado; que los precios de los energéticos reviertan su tendencia o que aumenten los precios de los productos agropecuarios; que se deterioren las finanzas públicas; que la persistencia mostrada por la inflación subyacente dé lugar a una mayor resistencia de las expectativas de inflación de mediano y largo plazos a disminuir, y el escalamiento de medidas proteccionistas a nivel global. Adicionalmente, que dada la magnitud de diversas revisiones salariales se generen presiones de costos, en la medida que estas superen las ganancias en la productividad. Por otra parte, en cuanto a los riesgos a la baja, destaca que se aprecie la cotización de la moneda nacional, lo cual podría estar asociado a un contexto de posturas monetarias más acomodaticias y menores tasas de interés a nivel mundial, o en caso de alcanzarse mayor certeza en la relación comercial con Estados Unidos. También figura como riesgo a la baja que se presenten menores variaciones en los precios de algunos bienes incluidos en el subíndice no subyacente, tal como ha sucedido con los energéticos ante una mayor debilidad económica mundial. Asimismo, que las condiciones de holgura se amplíen más de lo previsto, como se infiere de la información más oportuna sobre la actividad económica, lo cual podría influir en el comportamiento de la inflación subyacente. Por lo anterior, persiste un alto grado de incertidumbre en los riesgos que pudieran influir en la inflación.

3. DECISIÓN DE POLÍTICA MONETARIA

Para guiar sus acciones de política monetaria, la Junta de Gobierno da seguimiento cercano a la evolución de la inflación respecto a su trayectoria prevista, considerando la postura monetaria adoptada y el horizonte en el que esta opera. En este proceso, utiliza la información disponible de los determinantes de la inflación, así como sus expectativas de mediano y largo plazos, incluyendo el balance de riesgos para estos. A su vez, la política monetaria debe responder con prudencia si por diversas razones se eleva considerablemente la incertidumbre que enfrenta la economía. En este contexto, considerando que la postura monetaria actual es congruente con la convergencia de la inflación a su meta en el horizonte en el que opera la política monetaria, la Junta de Gobierno decidió por mayoría mantener el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en un nivel de 8.25%.

Un miembro votó por reducir dicho objetivo en 25 puntos base. Tomando en cuenta los retos que se enfrentan para consolidar una inflación baja y estable, así como los riesgos a los que está sujeta la formación de precios y las condiciones de holgura en la economía, la Junta de Gobierno continuará dando seguimiento cercano a todos los factores y elementos de incertidumbre que inciden en el comportamiento de la inflación y sus perspectivas y tomará las acciones que se requieran con base en la información adicional, de tal manera que la tasa de referencia sea congruente con la convergencia ordenada de la inflación general a la meta del Banco de México en el plazo en el que opera la política monetaria.

La Junta mantendrá una postura monetaria prudente y dará un seguimiento especial, en el entorno de incertidumbre prevaleciente, al traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios, a la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos, en un contexto externo en el que persisten riesgos, así como a la evolución de las condiciones de holgura y presiones de costos en la economía. Ante la presencia y posible persistencia de factores que, por su naturaleza, impliquen un riesgo para la inflación y sus expectativas, la política monetaria se ajustará de manera oportuna y firme para lograr la convergencia de esta a su objetivo de 3%, así como para fortalecer el anclaje de las expectativas de inflación de mediano y largo plazos para que alcancen dicha meta.

4. VOTACIÓN

Alejandro Díaz de León Carrillo, Irene Espinosa Cantellano, Javier Eduardo Guzmán Calafell y Jonathan Ernest Heath Constable votaron a favor de mantener el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en un nivel de 8.25%. Gerardo Esquivel Hernández votó a favor de reducir el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 25 puntos base para ubicarla en un nivel de 8.00%.

5. VOTOS DISIDENTES

Voto. Gerardo Esquivel Hernández

La inflación ha tenido un comportamiento mejor a lo previsto en los Informes Trimestrales anteriores y se encuentra en una trayectoria convergente hacia la meta del Banco de México. La inflación acumulada al primer semestre del año fluctuará alrededor de 0.30% y será la segunda cifra más baja en lo que va del siglo. Los datos anualizados tanto de la inflación general como de la subyacente se han visto influidos (directa o indirectamente) por los aumentos de los energéticos en el segundo semestre de 2018. Estos efectos, sin embargo, deberán disiparse en la segunda mitad del año por lo que estimo que la inflación a diciembre de 2019 estará muy cerca o incluso por debajo de 3.4%, es decir, en línea con los pronósticos de los Informes Trimestrales del año pasado. Además de lo anterior, hay otros elementos que deben tomarse en cuenta en la determinación de la tasa de interés objetivo: el anunciado relajamiento de la política monetaria de los países avanzados y la notable desaceleración económica en el país. Estos factores abren un espacio para poder reducir la tasa de interés en 25 puntos base sin poner en riesgo ni comprometer el mandato fundamental del Banco de México.

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