ECONOMÍA: De saltos y cojeras: Perspectivas sobre crecimiento del PIB revisadas.

De saltos y cojeras: Las perspectivas de Citibanamex sobre crecimiento del PIB revisadas

Desde el inicio de la pandemia de Covid-19, Citibanamex anticipó que los efectos sobre la economía mexicana serían severos, y eso ciertamente no ha cambiado. En la medida que la emergencia sanitaria se extendió globalmente, se hizo evidente que disrupciones tanto del lado de la oferta como de la demanda llevarían a contracciones económicas pronunciadas, especialmente mientras las medidas de cuarentena y similares se mantuvieran en pie. En el caso de México, fue evidente además que estos impactos negativos serían exacerbados por el rechazo del gobierno a implementar medidas fiscales de forma rápida y generosa para mitigar la caída, en contraste con lo que ocurrió en la mayoría de las economías grandes, incluidos los pares latinoamericanos de México. Lo anterior los llevó a revisar continuamente sus proyecciones de crecimiento del PIB en 2020 desde 1.0% en febrero hasta -9.0% en abril. Hacia finales del 2T20, cuando nuestro monitoreo semanal de resultados de salud y económicos asociados al Covid ofrecía ya evidencia dura de que la pandemia sería mucho más prolongada que lo previsto, y se volvió evidente que los apoyos fiscales seguirían siendo escasos, revisaron nuevamente a la baja su estimado de crecimiento del PIB en 2020 a -11.2%, con la expectativa de ver un débil rebote de 4.1% en 2021.

Los últimos tres meses han llevado simultáneamente a confirmar algunos de sus pronósticos y a ofrecer nueva información sobre el ritmo y los posibles motores de la recuperación. En 2T20, el PIB se redujo en 17.3% (la caída más profunda registrada en la historia), prácticamente en línea con lo que se anticipaba.

Se observaron también fuertes contracciones tanto de las exportaciones como de las importaciones en ese trimestre, aunque el rebote registrado en julio y agosto fue mayor a lo pronosticado, especialmente en el caso de las exportaciones. Un par de elementos asociados a la demanda interna también  sorprendió al alza, particularmente la fuerte expansión del IGAE en julio, lo que reflejó tanto mejores cifras de la producción industrial como un dinamismo mayor a lo esperado de algunos servicios. ¿Implica esto una recuperación más vigorosa hacia delante?

La idea es que no. A continuación se presenta una evaluación de dónde se ubica México en términos de actividad económica y cómo ve el Grupo Financiero Citibanamex que la economía evolucionará en los próximos meses.

¿Qué está saltando? Los factores externos y sectores no Covid

Cierta actividad tuvo un desempeño mejor que lo esperado en los últimos meses. En junio y julio, el IGAE creció en 8.8 y 5.7% mensual, respectivamente. Estas cifras implicaron un mayor progreso del que se anticipaba, con repuntes particularmente importantes en la industria manufacturera, así como en algunos sectores de ventas al menudeo y mayoreo. Parte del rebote se explica por los importantes efectos de base de comparación, aunque esta ciertamente no es la única razón.

Los factores externos explican la mayor parte de las buenas noticias. La recuperación de Estados Unidos durante el verano fue una bienvenida sorpresa al alza, lo que representa un elemento importante detrás de la revisión al PIB de México este año. Luego de que la tasa de desempleo en Estados Unidos alcanzara en abril un ominoso 14.7%, las cifras de mayo registraron una importante reversión a 13.3%, lo que terminó siendo un preámbulo hacia perspectivas más optimistas. Los colegas en Nueva York han estado revisando al alza sus pronósticos de crecimiento del PIB de Estados Unidos para 2020 desde -4.0% a -3.6% más recientemente, y eso desde luego beneficia a la economía mexicana desde múltiples ángulos.

En este sentido, la demanda por exportaciones mexicanas ha registrado una sólida recuperación. Después de las fuertes contracciones de 37.0 y 21.8% mensual en abril y mayo, respectivamente, las exportaciones observaron un repunte significativo a partir de junio en la medida que distintos países y los estados de EUA fueron reabriendo sus economías. A agosto, las exportaciones no petroleras se ubicaron apenas 3.1% por debajo de su nivel previo a la pandemia (febrero), mientras que las importaciones de bienes de consumo y de capital permanecen 24.3% más bajas. Ahora se anticipa una caída menor de los sectores más integrados al sector externo, y esto representa el principal motor de la revisión del PIB de México en 2020. Además, los ingresos por remesas se mantienen elevados. En agosto se registró el segundo flujo más grande en la historia del indicador y el monto acumulado en dólares de enero a agosto se expandió 9.4% anual, una tendencia que anticipamos continuará, si bien a un ritmo relativamente más lento.

En el ámbito interno, aunque Citibanamex mantiene su visión de que el pobre manejo de la crisis por parte del gobierno tendrá impactos duraderos sobre la economía, ahora piensan que los sectores con una exposición relativamente menor a riesgos por la pandemia registrarán contracciones más ligeras que lo previsto. Han argumentado anteriormente que los sectores en los que el contacto entre clientes y/o empleados es menor o cuyas cadenas de suministro tienen menos probabilidades de verse interrumpidas debido a los efectos relacionados con la pandemia, tendrían un mejor desempeño relativo.

Este ha sido ciertamente el caso, aunque los datos recientes sugieren que los sectores menos propensos a riesgos por Covid en realidad han sido más resilientes de lo que se pensaba originalmente. Por ejemplo, el sector agropecuario, así como la minería, los servicios profesionales y corporativos han presentado resultados relativamente mejores, mientras que los sectores más expuestos a la pandemia, como el transporte aéreo, el alojamiento temporal, los restaurantes, la salud y la educación, han tenido un desempeño bastante desfavorable en general ─en algunos casos, incluso peores de lo que anticipábamos─. En suma, la relación negativa entre nuestro indicador sectorial de riesgo por Covid y las proyecciones de crecimiento por sector económico se ha fortalecido.

¿Qué está cojeando? Los determinantes de la demanda interna en general

Más allá de las remesas, los motores del consumo privado en general se mantienen apagados. Si bien las tasas de crecimiento mensuales del consumo privado en junio y en julio han sido superiores al 5%, este indicador se ubica todavía 15.3% por debajo de su nivel de julio de 2019 y sus niveles actuales son similares a los de mediados de 2013. Seguimos particularmente preocupados por la tibieza del mercado laboral. En la coyuntura actual, pensamos que es aconsejable ver más allá de la tasa de desempleo estándar, la cual se situó en 5.2% en agosto. Si a ello añadimos los trabajadores subocupados y los que se encuentran fuera del mercado laboral pero disponibles para trabajar (lo que sería similar a la medida U-6 del BEA en EUA), observamos que esta métrica ampliada todavía implica que en agosto alrededor del 35% de la población relevante se encuentra afectada. Esto es ciertamente mucho menor que los niveles mayores al 50% de abril y mayo, aunque sigue ubicándose casi 10 puntos porcentuales por arriba del máximo histórico anterior (25.1% en 2009). Además, el crédito vigente de la banca comercial al sector privado en agosto se redujo en 1.4% anual en términos reales, su primer crecimiento anual negativo desde 2010, con caídas de doble dígito en segmentos relevantes del crédito al consumo, como tarjetas y préstamos personales. También destacamos que la confianza del consumidor se mantiene muy baja, con el indicador general en 35.9 puntos en septiembre.

Tampoco hay muchas esperanzas para la inversión fija. La inversión fija bruta también registró avances relevantes en junio y julio, aunque sigue siendo 17.6% menor que hace un año y su nivel actual es similar al de agosto de 2005. Los índices de confianza empresarial en septiembre se mantienen cerca de los 40 puntos, entre 8 y 10 puntos por debajo de los niveles vistos el año pasado para los distintos sectores cubiertos. Destacan los subíndices del "momento adecuado para invertir" para los sectores de manufacturas, comercio y construcción, los cuales permanecen cerca de mínimos históricos. Aquí, vale la pena señalar que apenas esta semana, el gobierno finalmente presentó su plan de infraestructura en conjunto con el sector privado luego de más de un año de retraso. En opinión de Citibanamex, el plan es insuficiente en términos del número de proyectos (39, de los cuales 7 ya están en marcha), valor (equivalente al 1% del PIB de 2019 distribuido en un número indefinido de años) y variedad (la mayoría son carreteras), y es poco probable que contribuya de manera significativa a renovar la infraestructura del país e impulsar la capacidad de crecimiento.

 

Más hoy, menos mañana

Ahora Citibanamex estima que el PIB caerá en 9.8% en 2020, recuperándose parcialmente en 2021, con una expansión de 3.5%. Considerando todo lo anterior, esperamos ver cierto impulso a la actividad en el 3T20, aunque dudan que esto genere cierta inercia que acelere el crecimiento hacia delante. La caída anual del PIB que prevemos ahora es relativamente más ligera respecto a la contracción de 11.2% que estimábamos anteriormente, aunque sigue implicando el declive más profundo de la actividad desde 1932. Esto significa que el rebote en 2021 también será menor, de 3.5%, en comparación con el 4.1% previo.

Citibanamex considera que la principal fuente de crecimiento seguirá siendo el sector externo, con una disminución en las exportaciones de 11.5% en 2020 y un crecimiento de 24.1% en 2021 (desde -15.5 y 25.5% anteriormente). En cuanto al consumo y la inversión, se estiman disminuciones de 10.1 y 20.6% para 2020 (-11.4% y -22% anteriormente, respectivamente), mientras que para 2021 estiman  incrementos de 1.8 y 3.8% (2.4 y 4.5% antes, en ese mismo orden).

Siguen previendo que el PIB regrese a sus niveles de 2018 hasta mediados de 2025. Su monitoreo semanal de resultados asociados al COVID-19 sigue sugiriendo que la pandemia en México sigue fuera de control y que el progreso ha sido muy lento, lo que continúa implicando importantes riesgos a la baja, especialmente para 2021. Además, con apoyos fiscales muy limitados y retos macrofinancieros relevantes que se vislumbran en el horizonte —incluidas las perspectivas de un mayor deterioro de las finanzas públicas y otra ronda de bajas a la calificación soberana—, sigue preocupando que las presiones sobre los balances de los hogares y de las empresas puedan dar lugar a aumentos en los índices de morosidad que presionarían al sistema financiero. Si bien no prevén una crisis financiera sistémica, tales presiones podrían llevar a que tanto los acreedores como los deudores se vuelvan más cautelosos, lo que podría frenar aún más la demanda agregada. Más allá de 2021, aun cuando los riesgos asociados a la pandemia se vuelven menos relevantes, piensan que la debilidad de la confianza empresarial y el deterioro en el marco institucional del país seguirán pesando sobre las perspectivas de crecimiento, lo que resultará en una recuperación muy lenta en el largo plazo en comparación con los pares de México.

 

Con información de Citibanamex*

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