ECONOMÍA: Resumen semanal de la evolución económica y financiera de México y el mundo.

Agencia GAEAP.  20/03/22.- A continuación, se presenta un resumen de las principales noticias económicas y financieras de México y el mundo durante las semana del 14 al 18 de marzo de 2022.

Nacionales

Citibanamex prevé tasa objetivo de Banxico en 8.25% al cierre del año. Ante los temores de recesión mundial y las consecuencias del conflicto en Europa del Este, se observa un incremento en los precios de las materias primas que dará lugar a un aumento de la inflación a nivel mundial, lo que resultará en tasas de interés más altas. Esto, más una actitud más cautelosa hacia la inversión y las posibles interrupciones en las cadenas de suministro, provocan que se estime un menor crecimiento económico. Para la economía global y de Estados Unidos ahora proyectamos un crecimiento de 3.3% en ambos casos para 2022 (3.9% y 3.6% hace un mes), y de 3.1% y 2.1% para 2023 (0.1pp menores que en febrero). Asimismo, se anticipa una inflación global de 6.1% en 2022 y de 3.4% en 2023 (4.8% y 3.0% anteriormente). Para la economía mexicana Citibanamex revisó las estimaciones de crecimiento del PIB para 2022 y 2023 a 1.3% y 2.0%, respectivamente (1.7% y 2.1% previos). Si bien los efectos en la inflación por el aumento de los precios internacionales de la energía serán mitigados por las medidas de estímulo del gobierno, se anticipa que los nuevos choques de oferta exacerben las presiones inflacionarias. Ahora ven la inflación general al cierre de 2022 y 2023 en 6.0% y 4.0%, respectivamente (5.1% y 4.0% previos). El deterioro en las perspectivas para la inflación llevaría a Banxico a incrementar la tasa de política monetaria en 50 pb, tanto en marzo como en mayo, y posteriormente en 25pb en cada reunión por el resto del del año, alcanzando una tasa al cierre de 2022 en 8.25% (7.75% previo). Los efectos de un menor crecimiento del PIB, mayores tasas de interés y subsidios a los combustibles, más que compensarán el aumento de los ingresos públicos por un mayor precio del petróleo, resultando en un déficit público de 4.2% del PIB en 2022 (3.8% estimado anteriormente).

Durante el 4T21, se estima una mayor debilidad en la actividad en las regiones centrales del país, y cierta expansión en el norte y en el sur, de acuerdo con el Reporte Sobre las Economías Regionales publicado por Banxico. A la debilidad de la región centro se estima que haya contribuido la disminución de la construcción, el estancamiento de la minería y algunos servicios. El avance de la región norte se explica por un desempeño positivo en las manufacturas, mientras que en el sur sería la evolución favorable de algunos servicios. Asimismo, Banxico mencionó que solo la región norte ha superado los niveles de actividad previos a la pandemia, siendo el centro la región más rezagada.

Estanflación, ¿la nueva normalidad? Revisiones al marco macroeconómico en 2022 y más allá. Desde el punto de vista de Citibanamex, el conflicto entre Rusia y Ucrania (R/U) debilita aun más las perspectivas de recuperación económica de México, añade leña a una inflación ya muy elevada, probablemente impulse una mayor restricción monetaria por parte de Banxico y terminará deteriorando las finanzas públicas… pero ¿hasta qué punto. A pesar de la gran cantidad de nueva información relevante —incluida la posibilidad de un avance en las negociaciones de R/U y cierta reversión en las alzas de precios de las materias primas, el primer aumento por parte del Banco de la Reserva Federal y sus mensajes “halcones”, así como la más reciente actualización de los pronósticos económicos a nivel global por parte de Citibanamex—, sus perspectivas permanecen sin cambios en lo general. A continuación, se presentan las evaluaciones cuantitativas (y cualitativas) y se presenta con  más detalle cómo se ve la evolución de las perspectivas macroeconómicas para 2022-23.

Impactos moderados en la actividad —principalmente por disrupciones a las cadenas de suministro y menor demanda externa—. Probablemente las exportaciones se vean negativamente afectadas por el conflicto. Se ha mencionado que los vínculos económicos directos entre México y R/U son muy pequeños, y por eso no se esperan efectos fuertes de un menor comercio con la región afectada o menor inversión de compañías de aquellos países, por ejemplo. Sin embargo, cada vez  preocupan más los posibles impactos negativos indirectos derivados de interrupciones en las cadenas de suministro. México tiene unas cuentas corriente y financiera muy abiertas, y su comercio internacional está muy concentrado en manufacturas, en comparación con otros países. En 2021, el monto de bienes comerciados por México ascendió a USD 1.057 Bn (o 79.5% del PIB), y las manufacturas representaron el 88% del total de exportaciones. Muchas de esas exportaciones dependen de la importación de bienes intermedios, la cual representa alrededor del 80% de todas las importaciones. Es de esperarse  que disrupciones moderadas en las cadenas de valor obstaculicen la producción (y las exportaciones) en los sectores automotriz, electrónicos y otros.

Estos efectos ligados a la oferta se suman a cierto debilitamiento previsto para la demanda externa. Los analistas de Citi Research en Estados Unidos revisaron a la baja su pronóstico de PIB para 2022 a 3.3% desde 3.6%, principalmente como resultado de precios de energéticos más elevados. Ahora Citibanamex proyecta que la producción de manufacturas en ese país se expanda en 3.0% en 2022 (3.7% anterior), lo que, al considerar todo lo anterior, resultaría en un crecimiento de las exportaciones de México de 4.5% este año (vs. 5.8% esperado anteriormente).

Se ven impactos directos limitados de las tensiones geopolíticas sobre la demanda interna, pero una mayor inflación y tasas de interés más altas debilitarán aún más tanto el consumo como la inversión. Los determinantes del consumo privado continúan mostrando resultados mixtos. Los flujos de remesas siguen registrando máximos históricos y algunos segmentos de la población continúan beneficiándose de los programas sociales. Sin embargo, la recuperación del crédito bancario al consumo sigue siendo muy lenta y, lo que es más importante, todavía hay preocupación por la fragilidad de la recuperación del mercado laboral. A pesar del aumento en el empleo y los incrementos en el salario mínimo, la subutilización de la fuerza laboral sigue siendo muy amplia, con un número elevado de personas subocupadas o fuera del mercado laboral aun si están dispuestas a volver a trabajar. La tasas de empleo en el sector informal también se mantienen por arriba de los niveles previos a la pandemia. Tomando en consideración las aún aciagas perspectivas para los ingresos (nominales) de los hogares y las tasas de inflación muy elevadas, es de esperarse que la recuperación del consumo será a un ritmo todavía más moderado del que se proyectaba antes.

Por otro lado, la inversión tanto pública como privada permanece muy débil. La inversión fija bruta total se ubicó en 18.5% del PIB en 2021, su segundo nivel más bajo desde 1995. Se ha argumentado que las perspectivas para la inversión en 2022 son sombrías a la luz de las incertidumbres sostenidas asociadas a la pandemia y varias políticas del gobierno, incluidas las diversas reformas constitucionales que propone el Ejecutivo. Las incertidumbres adicionales resultantes del panorama geopolítico, así como las presiones al alza sobre las tasas de interés, deterioran las perspectivas para la inversión. La necesidad de reforzar la resiliencia de las cadenas de suministro a nivel regional debería, en principio, generar incentivos para impulsar la inversión en México, pero seguimos sin ver que el gobierno mismo esté aprovechando estas oportunidades o que logre persuadir con éxito al sector privado para revertir las tendencias recientes.

Por lo tanto, ahora Citibanamex estima un crecimiento del PIB de 1.3% y 2.0% en 2022 y 2023, respectivamente. Las disrupciones en las cadenas de suministro, el menor comercio mundial en general y los efectos negativos sobre la demanda interna de una mayor inflación y tasas de interés más elevadas probablemente resulten en un ritmo de recuperación económica más moderado. Proyectan que el consumo privado y la inversión se expandan solo en 1.7% y 1.6% en 2022, respectivamente (2.0% y 2.2% antes), y 2.0% y 1.9% en 2023 (2.0% y 1.7% antes). Sus estimaciones para el crecimiento del PIB agregado en 2022-23 ahora son de 1.3% y 2.0%, respectivamente, por debajo de las de 1.7 % y 2.1 % anteriores. Eso implica que se alcanzarían los niveles de actividad pre-Covid hasta el 3T23, en marcado contraste con el resto de los pares de México en Latinoamérica, cuya recuperación ha sido evidentemente más rápida.

Las finanzas públicas aún lucen relativamente bien, pero sus perspectivas son ciertamente más sombrías. El choque R/U por sí solo probablemente habría terminado mejorando las finanzas públicas de México en el corto plazo… No hay duda de que un aumento en los precios del crudo debería generar mayores ingresos petroleros para Hacienda. Actualmente Citibanamex estima el precio de la mezcla mexicana de exportación en 80 dpb (y el impacto en las materias primas por los acontecimientos más recientes en R/U aumentan los riesgos al alza de esta estimación). Esto es mucho más alto que los 55dpb estimados por Hacienda en el Presupuesto. Eso implicaría ingresos adicionales para el sector público por alrededor del 1.4% del PIB en comparación con los estimados en el Presupuesto. Por supuesto, las tensiones geopolíticas también afectan otras variables macro, pero incluso considerando un menor crecimiento económico, tasas de interés más altas y otros ajustes desde que se presentó el Presupuesto (los cuales incrementan el déficit en 0.8% del PIB), es de esperarse que el efecto neto en el balance del sector público sería un menor déficit de alrededor de 0.6% del PIB.

… de no haber sido por los importantes subsidios gubernamentales a los combustibles. En los últimos años, el gobierno ha utilizado el Impuesto Especial sobre los Combustibles (IEPS) para suavizar los impactos de las fluctuaciones de los precios internacionales de la gasolina y el diésel sobre sus cotizaciones en el mercado interno. Con el aumento de los precios de la energía, el IEPS efectivo cobrado se ha reducido a cero. Suponiendo que el gobierno mantenga esta política durante el resto del año, el faltante de ingresos ascendería a 1.0% del PIB. Pero la SHCP implementó un nuevo subsidio complementario a través de un esquema de compensación de impuestos para estaciones de servicio y distribuidores de combustible. Los mensajes de AMLO y distintos funcionarios gubernamentales sugieren que esta medida se mantendrá en tanto los precios internacionales se mantengan altos, y estimamos que en lo que resta del año el subsidio promediará 1.1 pesos por litro. Eso implica un costo fiscal adicional de 0.2% del PIB, para un faltante total de ingresos atribuido a los subsidios a los combustibles de 1.2% del PIB o 351 mil millones de pesos. Restar este 1.2% del PIB al efecto neto positivo de cambios en el marco macro descrito anteriormente, implica un incremento del déficit público de 0.55% del PIB respecto al proyectado en el Presupuesto.

Por lo tanto, ahora Citibanamex estima un déficit primario de 0.8% del PIB y RFSP de 4.2% del PIB en 2022. La estimación revisada de déficit primario es 0.4pp superior a la  proyección anterior. Vale la pena hacer aquí dos comentarios relevantes. En primer lugar, el choque R/U y el uso de los ingresos excedentes del petróleo implican que los fondos de estabilización del gobierno no se repondrán y que el espacio fiscal se estrechará aún más, lo que contrasta fuertemente con las expectativas de la SHCP hace unos meses de que los precios más altos del petróleo beneficiarían las perspectivas de finanzas públicas. En segundo lugar, el gobierno aún podría ajustar su gasto en otros rubros para cumplir con sus objetivos definidos en el Presupuesto, lo que ha ocurrido en los últimos años. Aun así, es de esperarse que el espacio fiscal continúe reduciéndose y que las probabilidades de un mayor deterioro siguen aumentando.

Banxico en pleno ciclo alcista, enfrenta una inflación que permanecerá a lo largo del año a más del doble de su meta. Las presiones sobre la inflación subyacente siguen siendo fuertes —y el choque global reciente a los precios de los commodities las intensifica—. En 11 de los últimos 12 meses, las tasas mensuales de la inflación subyacente se han ubicado cerca o muy por encima de sus máximos históricos. Hace un par de meses, vimos algunas señales incipientes de que las presiones podrían estar amainando. Sin embargo, la tendencia de la inflación subyacente en términos mensuales anualizados y ajustados por estacionalidad no ha dejado de subir. El choque a los precios de los commodities que derivó del conflicto R/U no hace más que empeorar esta mala inercia. Citibanamex estima que los precios más elevados de energéticos, granos, y varios insumos metálicos y no metálicos impactarán los costos de producción tan pronto como este mes. Piensan que estos choques aumentarán los precios al productor, los cuales ya presentaban incrementos muy importantes previo al conflicto —y la evidencia estadística sugiere que hay un grado relevante de traspaso a los precios al consumidor, con un rezago de 1-2 meses—. Preocupa en particular el alza en los precios internacionales de los alimentos, especialmente porque el INPC en México ya ha venido reflejando por varios meses que las alzas en los costos de producción para los establecimientos que venden alimentos han incidido de manera relevante sobre la inflación al consumidor en restaurantes, taquerías y fondas.

Las alzas en los precios de los energéticos inquietan, desde luego, aunque no por efectos inflacionarios provenientes de las gasolinas. No nos preocupa demasiado el incremento en los precios internacionales de los combustibles, al menos por sus posibles efectos inflacionarios directos en México. El gobierno ha anunciado ya subsidios que complementan su política de por sí benigna para la inflación de control de precios de las gasolinas y el diésel. Dicha política consiste en no permitir que los precios de los combustibles se incrementen más allá del aumento acumulado del INPC general desde el inicio de la administración de AMLO. Esto no solo mitiga el impacto directo que precios de combustibles más altos tendrían sobre la inflación general (dado que los precios de las gasolinas se incluyen en el componente no subyacente del INPC general), sino también limita posibles efectos de segunda ronda, por ejemplo, al implicar menores presiones a los costos del transporte tanto de individuos como de mercancías.

Así, ahora Citibanamex estima la inflación general y la subyacente en 6.0% y 5.8%, respectivamente. Estas estimaciones son significativamente más elevadas que los  pronósticos previos de 5.1% y 5.0%. Y si bien hay efectos de base de comparación importantes que seguirán siendo favorables para las tasas anuales, sobre todo a partir de mayo en adelante, creen que las tasas de inflación mensuales seguirán siendo altas por los próximos meses. Las nuevas proyecciones consideran algunas disrupciones relativamente moderadas de las cadenas de suministro y consecuentes presiones sobre los costos de las empresas. No obstante, piensan que en caso de una prolongación del conflicto R/U a, digamos más de unas 8-10 semanas, entonces enfrentaríamos choques a precios adicionales significativos en distintos rubros, desde frutas y verduras (por ejemplo, dada la importancia de Rusia y Ucrania en el abastecimiento de fertilizantes) hasta autos y electrónicos (dada su relevancia en la producción de gases raros, paladio, rodio, y otros insumos cruciales).

Banxico continuará con alzas de 50pb —al menos mientras la inflación subyacente anual no vea su pico—. Banxico se encuentra en una posición particularmente compleja porque siguen acumulándose las presiones inflacionarias en México, como en muchos otros lugares, pero a diferencia de muchos otros países, la economía está estancada. Eso, aunado a que la política monetaria en México no se relajó tanto durante la pandemia como en otros países, explica por qué el ritmo de alzas a la tasa de interés ha sido relativamente moderado (en contraste con lo observado en economías pares de América Latina, por ejemplo). Hasta ahora, solo el Subgobernador Jonathan Heath ha puesto sobre la mesa la posibilidad de incrementos a la tasa más agresivos, pero en opinión de Citibanamex, hasta el momento esa idea no ha tenido mucha tracción entre otros miembros de la Junta de Gobierno. Por otro lado, con una inflación subyacente anual que sigue claramente al alza y expectativas inflacionarias de mediano plazo que continúan deteriorándose sin cesar, pero tampoco se  ve a la mayoría de la Junta de Gobierno optando por moderar el ritmo y la frecuencia de los incrementos a la tasa.

Ahora Citibanamex espera que la tasa de política alcance 8.25% al cierre de 2022 y que se mantenga ahí a lo largo de 2023. Las presiones inflacionarias adicionales que surgen a raíz del conflicto R/U sin duda implicarán mayores alzas. La trayectoria de la política monetaria dependerá principalmente de la evolución de la inflación observada y de sus expectativas —y, dadas las nuevas estimaciones, se anticipan aumentos a la tasa de interés de 50pb en marzo y mayo, seguidos de incrementos de 25pb en cada una de las reuniones subsecuentes hasta diciembre—. Eso llevaría la tasa de política en términos reales ex ante a territorio restrictivo hacia finales del año. De verse presiones inflacionarias adicionales o turbulencia en los mercados financieros, particularmente en lo que toca al cambiario, podrían desencadenarse acciones más agresivas. Y como las probabilidades de que suceda cualquiera de esos dos eventos no son pequeñas, es que los riesgos a los pronósticos de tasa objetivo siguen sesgados al alza.

Es poco probable que la inflación converja a un nivel menor a 4%. Las expectativas en torno a que las tasas mensuales de inflación se ubiquen por debajo de sus promedios históricos en el corto plazo no son optimistas ─y al mismo tiempo consideran que Banxico se mantendrá poco comprometido a hacer que la inflación efectivamente converja a su meta puntual, como ha sido el históricamente el caso—. Eso significa que cualquier expectativa de inflación a largo plazo por debajo del 4% sería simplemente poco realista. Los analistas económicos hemos confiado durante mucho tiempo en que la inflación debería fluctuar de alguna manera, en algún momento futuro y por un periodo razonablemente no muy corto, alrededor de 0.4-0.6pp por arriba del objetivo del 3% del banco central. Esa confianza puede explicarse tanto por la buena voluntad de los analistas como por un grado razonablemente elevado de credibilidad en que Banxico, en general, “hace lo correcto”. Sin embargo, la evidencia dura para respaldar esta confianza es poca o incluso nula si consideramos que los promedios de inflación de largo plazo (digamos, para una ventana móvil de más 10 años o más) nunca han estado por debajo de 4% de manera sostenida. De hecho, otros participantes del mercado parecen ser en general más realistas, considerando que las expectativas de inflación estimadas a partir de los precios de los instrumentos financieros en general han estado más cerca o incluso bastante por arriba del 4%.

La política de precios de combustibles de AMLO beneficia la inflación, pero sigue siendo insuficiente para contrarrestar otros choques recurrentes y persistentes. Cuando AMLO inició su sexenio, se comprometió a mantener estables los precios de la gasolina en términos reales. En su momento se estimó que esto cambiaría la dinámica de la inflación de tal forma que implicaría menores presiones sobre los precios tanto subyacentes como no subyacentes, lo que contribuyó a reducir las expectativas de inflación de largo plazo a 3.5%. Pero otros choques de oferta muy persistentes han reemplazado a los gasolinazos del pasado. Para empezar están los aumentos recurrentes del salario mínimo, que pensamos que hasta el momento podrían haber tenido efectos limitados en el crecimiento de los precios al consumidor, pero, dado el firme compromiso de AMLO al respecto, pensamos que hacia delante los impactos inflacionarios de esta política serán mayores.

Internacionales

Reserva Federal de EUA incrementa tasa por primera vez desde 2018 a 0.50% desde 0.25%. En su comunicado, la Junta de Gobierno señala que la actividad económica y el empleo continúan fortaleciéndose mientras que la inflación continúa elevada. Asimismo, señala que el conflicto entre Rusia y Ucrania resultará en el corto plazo en presiones adicionales al alza para la inflación y afectará la actividad económica. En este sentido, la Fed redujo su estimación para el PIB de EUA en 2022 a 2.8% desde 4.0% y aumentó la de inflación a 4.3% desde 2.6% (ambos para el 4º trimestre). Asimismo, la mayoría de los miembros de la Junta estiman hasta seis incrementos adicionales de 25pb a la tasa de referencia. Dado este contexto, seguimos anticipando un aumento de 50pb en la reunión de mayo y que la tasa de EUA cierre el año en 2.25%.

Con información del Grupo Financiero CitiBanamex*

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