La Generación Z gana peso en los hogares de Estados Unidos. Este segmento de consumidores, nacidos entre 1994 y 2010, ha empezado a influir en el gasto doméstico familiar, especialmente en las compras destinadas a productos de moda, artículos para el hogar y electrónica. El influjo de estos clientes estadounidenses no debe ser tomado en baladí, dado que el poder adquisitivo de los Z se estima en 43.000 millones de dólares.
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