COLUMNA:Los empresarios sí hacen la tarea, el gobierno reprueba.

No existe una definición consensuada respecto a la definición de competitividad; sin embargo, en su forma más simple podemos decir que ésta se refiere a la capacidad para competir. Es por ello que el tema de la competitividad es fundamental para todos los países, ya que en la medida en que una nación sea más competitiva podrá tener un mejor desempeño económico en el mediano y largo plazos al contar con las bases para un crecimiento sostenido de su producción, podrá tener una mayor presencia en los mercados internacionales, sus empresas serán más eficientes, habrá menos inflación, entre otras ventajas.    

Con esto en mente, tenemos que el pasado 1 de junio se publicó el Anuario de Competitividad Mundial 2017, el cual es elaborado por el Instituto para el Desarrollo Gerencial (IMD, por su sigla en inglés). En este reporte se señala que el país más competitivo es Hong Kong (es el segundo año consecutivo en el que aparece en esta posición), y le siguen Suiza, Singapur, Estados Unidos y Holanda. Respecto a nuestro vecino del norte, en esta ocasión registra su nivel de competitividad relativa más bajo en cinco años y está una posición más abajo que la registrada en la pasada medición.

El IMD, es un centro de investigación radicado en Suiza, y ha publicado las clasificaciones de los países desde 1989. Las genera utilizando 260 indicadores, de los cuales dos terceras partes provienen de datos duros tales como empleo nacional y estadísticas de comercio exterior; mientras que una tercera parte de éstos provienen de 6,250 respuestas de una encuesta de opinión que mide la percepción de los negocios en temas tales como la corrupción, preocupaciones ambientales y calidad de vida. Y en la edición de 2017 se evaluaron 63 países.

El profesor Arturo Bris, director del IMD, ha dicho que los indicadores que destacaron de entre los países en los que hubo mayores avances son aquellos relacionados con el gobierno y la eficiencia de los negocios, así como con la productividad.  “Estos países han mantenido un ambiente amigable a los negocios que fomenta la apertura y la productividad” dijo Bris en una entrevista.

Al final del listado encontramos a los países menos competitivos, y ahí vemos a aquellos países que experimentan problemas políticos y económicos, tales como Ucrania (60), Brasil (61) y Venezuela (63). En el lugar 62 encontramos a Mongolia, pero éste país aparece en esa posición por otras cuestiones de subdesarrollo general; pero al final de cuentas vemos en las últimas posiciones a las naciones con una pobre eficiencia gubernamental.

¿Y cómo salió evaluado México? Pues quedó en la posición 48 con una calificación de 67.3 (Hong Kong tuvo una calificación de 100), lo que implica una caída de 3 posiciones respecto a la anterior medición. Y pues es muy ilustrativo como cabeceó esta nota el sitio de noticias panampost.com: “México cae en el ranking de competitividad mundial en medio de violencia y corrupción generalizada”.

De esta manera, tenemos que México aparentemente ha fallado en varios aspectos clave que afectan su competitividad, en relación a otros países. En desempeño económico caímos de la posición 23 a la 30, mientras que en la eficiencia gubernamental pasamos de la posición 46 a la 51; y en infraestructura perdimos dos posiciones para situarnos ahora en el lugar 55.

En el tema de educación y comercio internacional también fuimos golpeados y estamos en las posiciones 62 y 60 respectivamente. De hecho el tema educativo es en el que peor estamos de todos los indicadores y solo hay otro país está más mal que nosotros. En términos de homicidios estamos en el lugar 59, al igual que en los temas de corrupción, inversión extranjera directa, contaminación y ciberseguridad.

Así, México se ubica por debajo de India (45), Rusia (46) y Turquía (47); pero está mejor que Bulgaría (49), Rumania (50) y Eslovaquia (51).

Uno pudiera pensar que este es el resultado de la complicada conyuntura económica que estamos viviendo, pero no es así, sino que es la pérdida de competitividad es un problema crónico que se ha acentuado ya que desde el año 2013 hemos perdido 16 posiciones, año en el cual estábamos en el lugar 32. 

¿Y en que cosas está bien México de acuerdo con el reporte del IMD? Pues de acuerdo con panampost.com en empleo para gente joven estamos en la posición 7, en costo de vida en el lugar 8 y en empleo general estamos en la posición 10. Aunado a lo anterior, el reporte destaca el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y las mejorías en el mercado interno; y algo que es fundamental es que en eficiencia empresarial subimos del lugar 42 al 36.

De acuerdo con los investigadores responsables del reporte del IMD, los retos principales que enfrenta México en materia económica son el consolidar su relación comercial con Estados Unidos y diversificar sus mercados de exportación

¿Qué podemos concluir de lo hasta ahora señalado respecto al Anuario de Competitividad 2017? Pues que el gobierno mexicano no está haciendo la tarea, mientras que el sector privado si lo hace a pesar de un ambiente adverso creado por el propio gobierno. Y en este sentido nos podemos quedar con dos datos de la evolución de indicadores: respecto a la última medición, en eficiencia gubernamental pasamos del lugar 46 al 51; mientras que en eficiencia empresarial pasamos del lugar 42 al 36. Y pues si a esto le agregamos el tema de la corrupción, la cual está ampliamente extendida en todos los órdenes de gobierno, pues el escenario debería causar bastante molestia al sector empresarial mexicano.

Más allá del cáncer de la corrupción que nos aqueja y es el principal obstáculo para el desarrollo de México. La ineficiencia del gobierno mexicano se puede ver por doquier, pero es necesario que se establezca un compromiso serio y por escrito por parte de los diferentes órdenes de gobierno para mejorar a la brevedad los indicadores a través de los cuales se mide la eficiencia del gobierno. A continuación  presento algunos aspectos que se deben mejorar en el corto plazo:

De acuerdo con la Millenium Challenge Corporation la eficiencia del gobierno se puede medir a través de las capacidades/habilidades de los servicios públicos, la calidad del servicio que proveen los burócratas y su independencia respecto a presiones políticas. De igual forma, está la calidad en la formulación de políticas públicas y su implementación, así como la credibilidad del gobierno respecto a su compromiso con las políticas establecidas. Para cumplir buena parte de este reto es indispensable que México deje atrás los lastres del compadrazgo y el nepotismo

De igual manera, se debe mejorar la eficiencia en la movilización de los recursos presupuestales y en la ejecución del gasto público. En este sentido es fundamental la calidad de la infraestructura de transporte, de telecomunicaciones, eléctrica, para la provisión de servicios de salud pública, en las escuelas de gobierno y asegurar la disponibilidad de contratar y pagar servicios públicos en línea.  Otro tema en el que se deben presentar mejorías es en el de simplificación  de la regulación pública (leyes, reglamentos y normas), además de abatir el que la burocracia retrase y complique la actividad empresarial.

Finalmente, es necesario contar con un marco fiscal simple y que éste sea certero en el mediano plazo de manera que no se afecten las decisiones de inversión  de las empresas. Y aunado a lo anterior, se debe contar con un sistema de defensa del contribuyente que sea eficiente y efectivo.

A manera de conclusión podemos señalar que sería muy positivo que a la luz de los resultados dados a conocer por el IMD se realice un decálogo de compromisos por parte del gobierno federal, de los estatales y de los municipales en el que se plasmen metas concretas de mejora en la eficiencia de gobierno. Y que para asegurar el cumplimiento de los puntos, se involucre a las cúpulas empresariales para que den seguimiento y apoyen con ideas para mejorar.

Si no se toman acciones de inmediato veremos como en la siguiente medición  de competitividad seguiremos cayendo en posiciones respecto a otras naciones, lo cual nos hará que perdamos mercados de exportación, seremos menos atractivos para la inversión extranjera, padeceremos problemas crónicos de inflación, entre otros males que si nos ponemos manos a la obra podemos comenzar a mejorar en el corto plazo; pero para ello se requiere primero la voluntad política.

 

Director General GAEAP*

alejandro@gaeap.com

En Twitter: @alejandrogomezt  

 

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