Son el país latinoamericano con la tasa más alta de consumo per cápita de sandalias, botas, ballerinas, mocasines y zapatillas: según cifras entregadas en junio de 2016 por la Cámara de Industriales de Cuero, Calzado y Afines (Fedeccal), entre cinco y seis pares nuevos llegan a los clósets cada año. Pero solo el 10 por ciento de estas compras corresponde a productos hechos en Chile; el 90 por ciento restante viene de 77 países distintos. China lidera esta cifra: el 82,07 por ciento es importado desde ese país. El resto viaja desde fábricas en Vietnam, Indonesia y Brasil, el país de la región con la industria zapatera más consolidada.
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