Los consumidores ya están, o muy pronto lo estarán, comprando zapatos de otra manera, como por medio de un mensaje de texto con un chatbot o pidiéndole a Alexa de Amazon que se los compre. Incluso pueden ingresar a tiendas sin productos como Nordstrom Local, donde no pueden comprar ropa o zapatos, pero pueden visitar a un estilista personal mientras beben un jugo fresco prensado en frío.
Más información sobre la nota, aquí.